Eduardo Alemán

Libro I de los Anales de Tácito

La copia más antigua del primer libro de los Anales manuscrito por un monje benedictino alrededor de los años 1000-1100 e. c. ha sido digitalizado y está actualmente disponible en el repositorio digital de la Biblioteca Medicea Laurenziana.

De la siguiente traducción al castellano: Tácito, Cayo Cornelio. Anales. Libros I-VI. España, BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS Nº 19 - Introducción, traducción y notas de José L. Moralejo, 1979.

La edición en latín tal y como aparece en Publius Cornelius Tacitus Ab excessu divi Augusti Annales Saeculo I, que parece ser completamente basada en Tacitus, Cornelius. The Annals of Tacitus, books 1-6: Annals 1, 1-54. United Kingdom, University Press, 1972.

Sinopsis

Año 14 d. C. (final; caps. 1-54) Año 15 d. C. (caps. 55-81)

1.Prefacio.
2-5.Historia sumaria del advenimiento del Prin­cipado. Muerte de Augusto y entronización de Tiberio.
6-15.Acontecimientos subsiguientes a la sucesión.
16-30.Motín de las legiones de Panonia.
31-52.Motín de las legiones de Germania.
53-54.Otros sucesos del año 14 d. C.
55-72.Campaña de Germánico en Germania.
72-81.Acontecimientos interiores del año 15 d. C.

Capítulo 1

1. La ciudad de Roma estuvo al principio bajo el poder de reyes; la libertad y el consulado los estable­ció Lucio Bruto1. Las dictaduras se adoptaban con carácter temporal; tampoco la autoridad de los decém­viros2 duró mas de dos años, ni mucho tiempo la potestad consular de los tribunos militares3. No fue larga la dominación de Cinna, coma no lo fue la de Sila4; el poder de Pompeyo y de Craso pasó pronto a manos de Cesar5, y las armas de Lépido y de Antonio a las de Augusto6, el cual recibió bajo su imperio, con el nombre de príncipe, el mundo agotado por las discordias civiles.

Pues bien, las fortunas y adversidades del viejo pueblo romano han sido historiadas por escritores ilustres, y tampoco a los tiempos de Augusto les faltaron notables ingenios que los narraran, hasta que al crecer la adulación se fueron echando atrás. Así, la historia de Tiberio y de Gayo7 y la de Claudio y Nerón se escribió falseada por el miedo mientras estaban ellos en el poder; tras su muerte, amañada por los odios recientes. De ahí mi designio de tratar brevemente y sólo de los postreros momentos de Augusto, y luego el principado de Tiberio y lo de­más sin encono ni parcialidad8, para los que no tengo causas próximas.
1. Vrbem Romam a principio reges habuere; libertatem et consulatum L. Brutus instituit. dictaturae ad tempus sumebantur; neque decemviralis potestas ultra biennium, neque tribunorum militum consulare ius diu valuit. non Cinnae, non Sullae longa dominatio; et Pompei Crassique potentia cito in Caesarem, Lepidi atque Antonii arma in Augustum cessere, qui cuncta discordiis civilibus fessa nomine principis sub imperium accepit. sed veteris populi Romani prospera vel adversa claris scriptoribus memorata sunt; temporibusque Augusti dicendis non defuere decora ingenia, donec gliscente adulatione deterrerentur. Tiberii Gaique et Claudii ac Neronis res florentibus ipsis ob metum falsae, postquam occiderant recentibus odiis compositae sunt. inde consilium mihi pauca de Augusto et extrema tradere, mox Tiberii principatum et cetera, sine ira et studio, quorum causas procul habeo.
1 Según la tradición, ello tuvo lugar en el año 509 a. C. con la expulsión del último rey, Tarquinio el Soberbio. Tácito uti­liza aquí, como en varios otros lugares, libertas con un sentido prácticamente equivalente a «república».
2 Los nombrados para redactar las XII Tablas en los años 451-449 a. C.
3 Nombrados en varias ocasiones entre los años 444 y 367 a. C.
4 Cinna fue cónsul en los años 87-84; la dictadura de Sila tuvo lugar entre 82 y 79.
5 Primer triunvirato, del año 60; dictadura de Cesar del 49 al 44.
6 Segundo triunvirato, del afio 43; principado de Augusto desde el 27.
7 Primer nombre, y el más habitual en Tácito, del futuro emperador Calígula.
8 Es la famosa declaración de principios de Tácito: sine ira et studio.
2. Después de que, muertos violentamente Bruto y Casio, no existía ya un ejército republicano9, que Pompeyo fue aplastado junta a Sicilia10, y que, elimi­nado Lépido y muerto Antonio11, no le quedaba ya tampoco al partido juliano otro jefe que César12, aban­donó este el título de triúmviro presentándose coma cónsul, «satisfecho con el poder tribunicio para la de­fensa del pueblo»13. Tras seducir al ejército con re­compensas, al pueblo con repartos de trigo, a todos con las delicias de la paz, se fue elevando paulatina­mente; empezó a tomar para sí las prerrogativas del senado, de las magistraturas, de las leyes, sin que nadie se le opusiera, dado que los más decididos habían caído en las guerras o en las proscripciones, los que restaban de los nobles se veían enaltecidos con riquezas y honores en la misma medida en que se mostraban dispuestos a servirle, y encumbrados con la nueva situación referían la seguridad presente al problemático pasado. Tampoco las provincias ponían mala cara a aquel estado de cosas, toda vez que des­confiaban del gobierno del senado y el pueblo a causa de las rencillas entre los poderosos y la codicia de los magistrados, sin que de mucho les valiera el apoyo de unas leyes obstaculizadas par la violencia, las in­trigas y, en fin, por el dinero.2. Postquam Bruto et Cassio caesis nulla iam publica arma, Pompeius apud Siciliam oppressus exutoque Lepido, interfecto Antonio ne Iulianis quidem partibus nisi Caesar dux reliquus, posito triumviri nomine consulem se ferens et ad tuendam plebem tribunicio iure contentum, ubi militem donis, populum annona, cunctos dulcedine otii pellexit, insurgere paulatim, munia senatus magistratuum legum in se trahere, nullo adversante, cum ferocissimi per acies aut proscriptione cecidissent, ceteri nobilium, quanto quis servitio promptior, opibus et honoribus extollerentur ac novis ex rebus aucti tuta et praesentia quam vetera et periculosa mallent. neque provinciae illum rerum statum abnuebant, suspecto senatus populique imperio ob certamina potentium et avaritiam magistratuum, invalido legum auxilio quae vi ambitu postremo pecunia turbabantur.
9 Tras la batalla de Filipos, del año 42 a. C.
10 En batalla naval, entre Milas y Náuloco, en el 36 a. C.; Sexto Pompeyo era hijo del rival de César; véase SUETONIO, Augusto 16, 1.
11 Lépido quedó pronto al margen del triunvirato ; Antonio se suicidó en el año 30 en Alejandría, sitiada por Augusto tras la batalla de Accio.
12 Se refiere, naturalmente, al que luego será Augusto, hijo adoptivo de su tío-abuelo Julio César.
13 Tácito reproduce probablemente, y no sin ironía, pala­bras literates de Augusto; véase nota 41.
3. Por lo demás, Augusto, buscando apoyos para su dominio, enalteció a Claudio Marcelo14, hijo de su hermana y apenas un muchacho, con el pontificado y la edilidad curul, y a Marco Agripa15, de origen hu­milde pero buen soldado y compañero de su victoria, con el consulado dos años seguidos, haciéndolo su yerno tras la muerte de Marcelo; a Tiberio Nerón y Claudio Druso16, sus hijastros, los distinguió con el título de imperator17, y eso cuando aún conservaba entera a su familia. Pues a Gayo y Lucio, hijos de Agripa, los había hecho entrar en la familia de los Césares; su nombramiento como Príncipes de la Ju­ventud cuando aún no habían dejado la pretexta infantil y su designación para el consulado, las había deseado ardientemente, si bien fingió no quererlos. Una vez que Agripa partío de esta vida, que a Lucio, cuando marchaba a las ejércitos de Hispania, y a Gayo, que volvía de Armenia gravemente herido, se los arre­bató una muerte fatalmente prematura o tal vez una maniobra de su madrastra Livia18, y que, muerto Druso ya tiempo atrás, le quedaba de sus hijastros solo Nerón19, todo se concentró en él: lo hizo hijo, colega en el imperio, consorte en la potestad tribu­nicia20, y fue presentado ostentosamente ante todos los ejércitos, ya no -como antes- con las oscuras artes de su madre, sino con abierta recomendación. En efecto, Livia se había impuesto de tal manera al ya decrépito Augusto, que este relegó a la isla de Planasia21 a su único nieto, Póstumo Agripa, muchacho carente, desde luego, de cualquier clase de aptitudes y de una fortaleza física que le producía un orgullo estúpido, pero inocente de cualquier infamia. En cambio, a Germánico22, hijo de Druso, lo puso al frente de ocho legiones junto al Rhin, y ordenó a Tiberio que lo adop­tara por hijo, aunque tenía Tiberio un hijo ya crecido23, con el fin de proporcionarse un apoyo más. No que­daba por aquel tiempo guerra alguna, a no ser contra los germanos, motivada mas por lavar la infamia del ejército perdido con Quintilio Varo24 que por afán de extender el imperio o de una compensación que valiera la pena. En el interior estaban las cosas tranquilas, las magistraturas conservaban sus nombres; los mas jóvenes habían nacido con posterioridad a la victoria de Accio, e incluso los más de los viejos en medio de las guerras civiles: ¿cuántos quedaban que hubieran visto la república?3. Ceterum Augustus subsidia dominationi Claudium Marcellum sororis filium admodum adulescentem pontificatu et curuli aedilitate, M. Agrippam, ignobilem loco, bonum militia et victoriae socium, geminatis consulatibus extulit, mox defuncto Marcello generum sumpsit; Tiberium Neronem et Claudium Drusum privignos imperatoriis nominibus auxit, integra etiam tum domo sua. nam genitos Agrippa Gaium ac Lucium in familiam Caesarum induxerat, necdum posita puerili praetexta principes iuventutis appellari, destinari consules specie recusantis flagrantissime cupiverat. ut Agrippa vita concessit, Lucium Caesarem euntem ad Hispaniensis exercitus, Gaium remeantem Armenia et vulnere invalidum mors fato propera vel novercae Liviae dolus abstulit, Drusoque pridem extincto Nero solus e privignis erat, illuc cuncta vergere: filius, collega imperii, consors tribuniciae potestatis adsumitur omnisque per exercitus ostentatur, non obscuris, ut antea, matris artibus, sed palam hortatu. nam senem Augustum devinxerat adeo, uti nepotem unicum, Agrippam Postumum, in insulam Planasiam proiecerit, rudem sane bonarum artium et robore corporis stolide ferocem, nullius tamen flagitii conpertum. at hercule Germanicum Druso ortum octo apud Rhenum legionibus inposuit adscirique per adoptionem a Tiberio iussit, quamquam esset in domo Tiberii filius iuvenis, sed quo pluribus munimentis insisteret. bellum ea tempestate nullum nisi adversus Germanos supererat, abolendae magis infamiae ob amissum cum Quintilio Varo exercitum quam cupidine proferendi imperii aut dignum ob praemium. domi res tranquillae, eadem magistratuum vocabula; iuniores post Actiacam victoriam, etiam senes plerique inter bella civium nati: quotus quisque reliquus qui rem publicam vidisset?
14 Marcelo, hijo de Octavia, hermana de Augusto, nació en 43 y murió en 23 a. C. Estuvo casado con Julia, hija del prín­cipe, y fue el primero de los frustrados sucesores de Augusto.
15 Marco Vipsanio Agripa, íntimo colaborador militar de Augusto y segundo marido de su única hija Julia, de la que tuvo a Gayo, Ludo, Agripina, Julia y Póstumo Agripa; murió en el 12 a. C.
16 Recuérdese que Tiberio y Druso eran hijos de la esposa de Augusto, Livia, con su primer marido, Tiberio Claudio Nerón; habían nacido en 42 y 38 a. C.
17 Preferirnos no traducir este título, que no corresponde, todavía, al de «emperador», sino al máximo grado militar, que era ostentado simultáneamente por mas de una persona como recompensa a méritos guerreros; véase III 74.
18 Gayo murió en el año 2, y Lucio en el 4 d. C. A sus nietos los había adoptado Augusto como hijos pensando en la suce­sión; de ahí la alusión a Livia como « madrastra», que más bien preferiría que el poder, como de hecho ocurrió, llegara a manos de su propio hijo Tiberio.
19 Druso muri6 en el 9 a. C. El Nerón que aquí se nombra es, naturalmente, Tiberio, cuyo nombre antes de ser adoptado por Augusto en el 4 d. C. era Tiberio Claudio Nerón.
20 Potestad que, por su especialísima importancia, retuvo Augusto durante casi todo su principado; véase nota 41.
21 Frente a la costa de Etruria, al SO. de la de Elba.
22 Nacido en 15 a. C.
23 Druso el joven, al que había tenido de su matrimonio con Vipsania.
24 En la célebre derrota del bosque de Teutoburgo, en 9 d. C. Véase nota 124.
4. Así pues, transformado el estado de arriba abajo, nada quedaba ya de la vieja integridad: todos, abandonando el espíritu de igualdad, estaban pendien­tes de las órdenes del príncipe, sin temor alguno por el presente mientras Augusto, en el vigor de la edad, fue capaz de sostenerse a sí, a su casa y a la paz. Cuando su edad ya avanzada se vió fatigada además por las dolencias corporales, y se divisaban el final y nuevas esperanzas, sólo unos pocos hablaban -para nada- de los bienes de la libertad; los mas temían una guerra, otros la deseaban. Una parte, con mucho la más numerosa, esparcía los mas variados rumores sobre los nuevos amos que se venían encima: Agripa era de condición feroz, exasperada por la posterga­ción, y ni par su edad ni por su experiencia práctica estaba a la altura de tan grave cargo; Tiberio Nerón había madurado con los años y probado su valor en la guerra, pero tenía la vieja soberbia ingénita en la familia Claudia, y muchos indicios de crueldad, aunque procuraba reprimirlos, le salían al exterior. Además -advertían- se había educado desde la primera in­fancia en una casa de reyes; se lo había colmado, cuando aún era un muchacho, de consulados y triun­fos; y ni siquiera en las años pasados en el exilio de Rodas25 con apariencia de retiro había alimentado en su interior mas que odio y simulación y secretas con­cupiscencias. Estaba además su madre, con la falta de propio dominio, característica de las mujeres: habría que prestar servidumbre a una hembra y, encima, a dos muchachos que oprimirían al estado para algún día desgarrarlo26.4. Igitur verso civitatis statu nihil usquam prisci et integri moris: omnes exuta aequalitate iussa principis aspectare, nulla in praesens formidine, dum Augustus aetate validus seque et domum et pacem sustentavit. postquam provecta iam senectus aegro et corpore fatigabatur aderatque finis et spes novae, pauci bona libertatis in cassum disserere, plures bellum pavescere, alii cupere. pars multo maxima inminentis dominos variis rumoribus differebant: trucem Agrippam et ignominia accensum non aetate neque rerum experientia tantae moli parem, Tiberium Neronem maturum annis, spectatum bello, sed vetere atque insita Claudiae familiae superbia, multaque indicia saevitiae, quamquam premantur, erumpere. hunc et prima ab infantia eductum in domo regnatrice; congestos iuveni consulatus, triumphos; ne iis quidem annis quibus Rhodi specie secessus exul egerit aliud quam iram et simulationem et secretas libidines meditatum. accedere matrem muliebri inpotentia: serviendum feminae duobusque insuper adulescentibus qui rem publicam interim premant quandoque distrahant.
25 Tiberio residió en la is1a desde el 6 a. C. al 2. d. C. Pu­dieron moverlo al retiro tanto la amargura por los escándalos de su esposa Julia, como la situación incómoda en que podia colocarlo el problema sucesorio; allí vivió rodeado de filósofos y adivinos.
26 Comentarios que corrían sobre Druso y Germánico, pese a la popularidad del segundo.
5. En media de tales y parecidas cábalas se iba agravando el estado de salud de Augusto, y algunos sospechaban un crimen de su esposa. De hecho se había esparcido el rumor de que pocos meses antes, sin saberlo más que algunos elegidos y acompañado solamente par Fabio Maximo27, Augusto se había hecho llevar a Planasia a visitar a Agripa, y que allí había habido par ambas partes muchas lágrimas y señales de cariño, de donde parecía surgir la esperanza de que el muchacho fuera devuelto al hogar de su abuelo. Se decía que Maximo se lo había revelado a su esposa Marcia, y esta a Livia, y que ello había llegado a oídos del César; que muerto Máximo no mucho des­pués, sin que apareciera claro si de muerte provocada, se había oido en su funeral los gemidos de Marcia acusándose de ser la causa de la perdición de su marido. Comoquiera que fuera de ese asunto, Tiberio fue llamado par carta urgente de su madre cuando apenas había entrado en el Ilírico28; no se sabe con certeza si cuando encontró a Augusto en la ciudad de Nola29 se hallaba este todavía con vida o había ya exhalado su espíritu. En efecto, Livia había colocado severas guardias en torno a la casa y por los caminos, y se publicaban de vez en cuando comunicados optimistas; hasta que, tras haberse proveído a lo que la ocasión exigía, un mismo anuncio dio cuenta del fallecimiento de Augusto y de que Tiberio se había hecho cargo del poder30.5. Haec atque talia agitantibus gravescere valetudo Augusti, et quidam scelus uxoris suspectabant. quippe rumor incesserat paucos ante mensis Augustum, electis consciis et comite uno Fabio Maximo, Planasiam vectum ad visendum Agrippam; multas illic utrimque lacrimas et signa caritatis spemque ex eo fore ut iuvenis penatibus avi redderetur: quod Maximum uxori Marciae aperuisse, illam Liviae. gnarum id Caesari; neque multo post extincto Maximo, dubium an quaesita morte, auditos in funere eius Marciae gemitus semet incusantis quod causa exitii marito fuisset. utcumque se ea res habuit, vixdum ingressus Illyricum Tiberius properis matris litteris accitur; neque satis conpertum est spirantem adhuc Augustum apud urbem Nolam an exanimem reppererit. acribus namque custodiis domum et vias saepserat Livia, laetique interdum nuntii vulgabantur, donec provisis quae tempus monebat simul excessisse Augustum et rerum potiri Neronem fama eadem tulit.
27 Cónsul del año 11 a. C.
28 Provincia situada en el territorio que corresponde, apro­ximadamente, a la actual Yugoslavia. Tiberio marchaba a hacerse cargo de los ejércitos del Danubio.
29 Ciudad de Campania, a unos 20 kilómetros al NE. de Nápoles.
30 Murió Augusto en Nola, el 19 de agosto del año 14 d. C.
6. La primera hazaña del nuevo principado fue el asesinato de Póstumo Agripa31. A pesar de que lo cogió desprevenido e inerme, a duras penas logró acabar con él un centurion de ánimo decidido. Ninguna refe­rencia al asunto hizo Tiberio en el senado, simulando ejecutar instrucciones de su padre, según las cuales habría ordenado al tribuno encargado de custodiar a Agripa que no dudara en darle muerte tan pronto él hubiera cumplido su último día. Cierto que Augusto se había quejado muchas veces y con saña de la con­ducta del muchacho, llegando a hacer sancionar su exilio por el senado; pero su dureza no llegó nunca hasta el asesinato de uno de los suyos, y no era creíble que hubiera provocado el de su nieto por la seguridad de su hijastro; mas verosímil era que Tiberio y Livia -aquel por miedo, esta por odios de madrastra­- hubieran apresurado el asesinato del muchacho sos­pechoso y odiado. Al centurión que, según es costumbre en el ejército, le fue a dar cuenta de que estaba hecho lo que había ordenado, le respondió que él no había dado tal orden, y que habría que dar cuenta del hecho ante el senado. Cuando lo supo Salustio Crispo32, que estaba en el secreto -él había enviado al tribuno la orden escrita-, temiendo verse bajo una acusación igualmente peligrosa ya mintiera, ya decla­rara la verdad, advirtió a Livia que no debían divul­garse las secretos de la casa, los consejos de las ami­gos ni los servicios de las soldados, ni Tiberio quebran­tar la fuerza del principado remitiendo todo al senado, por ser la condición del imperio el que no haya otras cuentas que las que se dan a uno solo.6. Primum facinus novi principatus fuit Postumi Agrippae caedes, quem ignarum inermumque quamvis firmatus animo centurio aegre confecit. nihil de ea re Tiberius apud senatum disseruit: patris iussa simulabat, quibus praescripsisset tribuno custodiae adposito, ne cunctaretur Agrippam morte adficere, quandoque ipse supremum diem explevisset. multa sine dubio saevaque Augustus de moribus adulescentis questus, ut exilium eius senatus consulto sanciretur perfecerat: ceterum in nullius umquam suorum necem duravit, neque mortem nepoti pro securitate privigni inlatam credibile erat. propius vero Tiberium ac Liviam, illum metu, hanc novercalibus odiis, suspecti et invisi iuvenis caedem festinavisse. nuntianti centurioni, ut mos militiae, factum esse quod imperasset, neque imperasse sese et rationem facti reddendam apud senatum respondit. quod postquam Sallustius Crispus particeps secretorum (is ad tribunum miserat codicillos) comperit, metuens ne reus subderetur, iuxta periculoso ficta seu vera promeret, monuit Liviam ne arcana domus, ne consilia amicorum, ministeria militum vulgarentur, neve Tiberius vim principatus resolveret cuncta ad senatum vocando: eam condicionem esse imperandi, ut non aliter ratio constet quam si uni reddatur.
31 Es bastante habitual en Tácito la inversión de los ele­mentos componentes de los nombres propios; así tenemos aquí Póstumo Agripa frente al normal Agripa Póstumo de los capí­tulos 3, 4, etc.
32 Caballero romano, sobrino, luego hijo adoptivo, del his­toriador Salustio.
7. Pero en Roma cónsules, senadores, caballeros, corrieron a convertirse en siervos. Cuánto mas ilus­tres, con tanta mas falsía, apresuramiento y estudiada expresión -que no parecieran alegres por la muerte del príncipe ni demasiado tristes por el advenimiento de un sucesor-, mezclaban lágrimas y alegría, lamen­tos y adulación. Los cónsules Sexto Pompeyo y Sexto Apuleyo fueron los primeros en prestar juramento de fidelidad a Tiberio César, y ante ellos Seyo Estrabón y Gayo Turranio: aquel, prefecto de las cohortes pre­torias; éste, prefecto del suministro de grano; luego, el senado, el ejército y el pueblo. Pues Tiberio ponía por delante en todo a las cónsules, como si se tratara de la antigua república y no estuviera decidido a ejercer el imperio. Incluso al edicto por el que convo­caba a los senadores a la curia no le puso otro en­cabezamiento que el de la potestad tribunicia recibida en tiempos de Augusto. Las palabras del edicto eran pocas y de tenor más que modesto: quería consultar al senado sobre los honores a tributar a su padre; no quería separarse de su cuerpo, y ese era el único cometido oficial que tomaba para sí. Ahora bien, muerto Augusto, había dado santo y seña a las cohortes preto­rianas en calidad de imperator33; tenía guardias, armas y todo lo demás que es propio de una corte; los sol­dados lo escoltaban al Foro, las soldados lo escoltaban a la curia. Las cartas que envió a los ejércitos daban por sentado que se había convertido en príncipe; en ninguna parte, a no ser en el senado, se expresaba de manera vacilante. La causa principal era el miedo, no fuera que Germánico, en cuyas manos estaban tantas legiones e incalculables fuerzas aliadas auxiliares, y que gozaba de asombroso favor entre el pueblo, prefiriera tener el imperio a esperarlo. En interés de su propio prestigio procuraba parecer elegido y llamado par la república más que sinuosamente impuesto par las intrigas de una esposa y la adopción de un viejo. Más tarde se vió también que había aparentado este aire de duda para conocer las voluntades de los hom­bres influyentes; pues convirtiendo en acusaciones las palabras y las miradas las iba guardando dentro de sí.7. At Romae ruere in servitium consules, patres, eques. quanto quis inlustrior, tanto magis falsi ac festinantes, vultuque composito, ne laeti excessu principis neu tristiores primordio, lacrimas gaudium, questus, adulationem miscebant. Sex. Pompeius et Sex. Appuleius consules primi in verba Tiberii Caesaris iuravere, apudque eos Seius Strabo et C. Turranius, ille praetoriarum cohortium praefectus, hic annonae; mox senatus milesque et populus. Nam Tiberius cuncta per consules incipiebat, tamquam vetere re publica et ambiguus imperandi: ne edictum quidem, quo patres in curiam vocabat, nisi tribuniciae potestatis praescriptione posuit sub Augusto acceptae. verba edicti fuere pauca et sensu permodesto: de honoribus parentis consulturum, neque abscedere a corpore, idque unum ex publicis muneribus usurpare. sed defuncto Augusto signum praetoriis cohortibus ut imperator dederat; excubiae, arma, cetera aulae; miles in forum, miles in curiam comitabatur. litteras ad exercitus tamquam adepto principatu misit, nusquam cunctabundus nisi cum in senatu loqueretur. causa praecipua ex formidine, ne Germanicus, in cuius manu tot legiones, immensa sociorum auxilia, mirus apud populum favor, habere imperium quam exspectare mallet. dabat et famae, ut vocatus electusque potius a re publica videretur quam per uxorium ambitum et senili adoptione inrepsisse. postea cognitum est ad introspiciendas etiam procerum voluntates indutam dubitationem: nam verba vultus in crimen detorquens recondebat.
33 Es decir, de general en jefe; véase IV 74, 4.
8. El primer día de senado no permitió que se tratara más que de las últimas disposiciones referen­tes a Augusto, cuyo testamento, que fue presentado por las vírgenes vestales, señalaba a Tiberio y Livia coma herederos. Livia era introducida por adopción en la familia Julia y tomaba el nombre de Augusta; coma segundos herederos había inscrito a sus nietos y biznietos, y en tercer grado a los notables del es­tado; la mayoría de ellos, personas a quienes odiaba, haciéndolo por jactancia y afán de gloria ante la pos­teridad. Sus legados no iban más allá de lo normal entre ciudadanos, a no ser que donó al pueblo y a la plebe 43.500.000 sestercios34, a los soldados de las cohortes pretorianas mil a cada uno, (quinientos a los soldados urbanos)35, a los legionarios y a las cohortes de ciudadanos romanos trescientos por ca­beza. Luego se trató de los honores; buscando los más
insignes propusieron, Galo Asinio, que el cortejo pa­sara bajo un arco triunfal, y Lucio Arruncio que se exhibieran a la cabeza los títulos de las leyes por él promulgadas y los nombres de los pueblos por el ven­cidos. Proponía además Mesala Valerio que se renovara anualmente el juramento a nombre de Tiberio; y preguntado por Tiberio si había exteriorizado tal iniciativa por mandato suyo, respondió que lo había dicho espontáneamente, y que en las cosas que se re­fieren a la república no había de usar sino de su propio parecer, aún exponiéndose a molestar: !era ya lo último que quedaba por ver en materia de adulación! Clamando a coro los padres36 que el cuerpo debe ser llevado a la pira a hombros de senadores. Accedió37 el César con una modestia no exenta de arrogancia, y por medio de un edicto advirtió al pueblo para que -al igual que antaño había perturbado el funeral del Divino Julio por exceso de celo- no pretendiera quemar también a Augusto en el Foro, en lugar de en el Campo de Marte, lugar señalado para su sepultura38. El día del funeral estaban las soldados como en pie de guerra, con gran risa de quienes habían visto ellos mismos o sabido por sus padres del día aquel de la servidumbre todavía fresca y de la libertad en vano buscada, cuando la muerte del dictador César les parecía a unos el hecho mas lamentable, a otros el mas hermoso: «ahora -se decía- un príncipe anciano, de largo reinado, incluso tras haberse asegurado las fortunas de sus herederos a costa de la república, necesita protección militar para que sea tranquila su sepultura».
8. Nihil primo senatus die agi passus [est] nisi de supremis Augusti, cuius testamentum inlatum per virgines Vestae Tiberium et Liviam heredes habuit. Livia in familiam Iuliam nomenque Augustum adsumebatur; in spem secundam nepotes pronepotesque, tertio gradu primores civitatis scripserat, plerosque invisos sibi, sed iactantia gloriaque ad posteros. legata non ultra civilem modum, nisi quod populo et plebi quadringentiens triciens quinquiens, praetoriarum cohortium militibus singula nummum milia, [urbanis quingenos], legionariis aut cohortibus civium Romanorum trecenos nummos viritim dedit. tum consultatum de honoribus; ex quis [qui] maxime insignes visi, ut porta triumphali duceretur funus, Gallus Asinius, ut legum latarum tituli, victarum ab eo gentium vocabula anteferrentur, L. Arruntius censuere. addebat Messalla Valerius renovandum per annos sacramentum in nomen Tiberii; interrogatusque a Tiberio num se mandante eam sententiam prompsisset, sponte dixisse respondit, neque in iis quae ad rem publicam pertinerent consilio nisi suo usurum, vel cum periculo offensionis: ea sola species adulandi supererat. conclamant patres corpus ad rogum umeris senatorum ferendum. remisit Caesar adroganti moderatione, populumque edicto monuit ne, ut quondam nimiis studiis funus divi Iulii turbassent, ita Augustum in foro potius quam in campo Martis, sede destinata, cremari vellent. die funeris milites velut praesidio stetere, multum inridentibus qui ipsi viderant quique a parentibus acceperant diem illum crudi adhuc servitii et libertatis inprospere repetitae, cum occisus dictator Caesar aliis pessimum, aliis pulcherrimum facinus videretur: nunc senem principem, longa potentia, provisis etiam heredum in rem publicam opibus, auxilio scilicet militari tuendum, ut sepultura eius quieta foret.
34 El legado «al pueblo» iba en realidad dirigido al tesoro público y era de 40 millones de sestercios; «a la plebe», es decir, a las tribus, fue a parar el resto de la cantidad global; véase SUETONIO, Augusto 101.
35 El texto suplido -urbanis quingenos- se debe a Sauppe, con base en SUETONIO, Augusto 101.
36 La de patres (conscripti) es denominación tradicional de los senadores.
37 El verbo remisit podría también traducirse por «declinó, aunque sea el sentido que hemos puesto en el texto el que pa­rece mas apoyado por otros traductores y los testimonios com­plementarios; puede verse al respecto la nota correspondiente de la edición de WUILLEUMIER.
38 Se trata del mausoleo familiar, conservado todavía, cons­truído por Augusto en el extremo N. del Campo de Marte, entre el Tíber y la Via Flaminia.
9. Con tal motivo mucho se habló del propio Augusto, prestando los más su admiración a verdaderas banalidades: que el mismo día había sido antaño el primero en que había ejercido el imperio y ahora el último de su vida39; que había terminado su vida en Nola, en la misma casa y habitación en que su padre Octavio. Se celebraba incluso el número de sus consulados, con el que había igualado a Valerio Corvo y a Gayo Mario juntos40, su potestad tribunicia, prolongada sin interrupción por treinta y siete años41, el título de imperator conseguido veintiuna veces, y otros ho­nores multiplicados o nuevos. En cambio, entre la gente sensata su vida era objeto de juicios contra­puestos, que ya la enaltecían, ya la censuraban. Decían los unos que la piedad para con su padre y la crisis de la república, en la que no había entonces lugar para las leyes, eran las que lo habían arrastrado a la guerra civil, la cual no puede preverse ni realizarse con arreglo a la moral. Muchas concesiones había hecho a Antonio con tal de castigar a los que habían matado a su padre42, y muchas también a Lépido. Después de que este se hubiera hundido por su falta de energía y aquel acabara perdido par sus excesos, no quedaba para la patria en discordia otro remedio que el gobierno de un solo hombre. Sin embargo, no había consolidado el estado con una monarquía ni con una dictadura, sino con el simple título de príncipe43; su imperio es­taba resguardado par el mar Océano o por remotos ríos44; las legiones, ]as provincias, las flotas, todo estaba estrechamente unido; el derecho reinaba entre los ciudadanos, la sumisión entre los aliados; la propia Ciudad45 había sido magníficamente embellecida; en bien pocos casos se había empleado la fuerza, y ello por garantizar a los demás la paz.9. Multus hinc ipso de Augusto sermo, plerisque vana mirantibus, quod idem dies accepti quondam imperii princeps et vitae supremus, quod Nolae in domo et cubiculo in quo pater eius Octavius vitam finivisset. numerus etiam consulatuum celebrabatur, quo Valerium Corvum et C. Marium simul aequaverat, continuata per septem et triginta annos tribunicia potestas, nomen imperatoris semel atque viciens partum aliaque honorum multiplicata aut nova. at apud prudentes vita eius varie extollebatur arguebaturve. hi pietate erga parentem et necessitudine rei publicae, in qua nullus tunc legibus locus, ad arma civilia actum, quae neque parari possent neque haberi per bonas artes. multa Antonio, dum interfectores patris ulcisceretur, multa Lepido concessisse. postquam hic socordia senuerit, ille per libidines pessum datus sit, non aliud discordantis patriae remedium fuisse quam [ut] ab uno regeretur. non regno tamen neque dictatura, sed principis nomine constitutam rem publicam; mari Oceano aut amnibus longinquis saeptum imperium; legiones, provincias, classes, cuncta inter se conexa; ius apud cives, modestiam apud socios; urbem ipsam magnifico ornatu; pauca admodum vi tractata quo ceteris quies esset.
39 Se trata del 19 de agosto de los años 43 a. C. y 14 d. C.
40 Valerio Corvo había sido cónsul siete veces en el transcurso del siglo IV a. C.; Gayo Mario, el dictador, seis veces entre 107 y 86 a. C.
41 Véase III 56; Augusto retuvo una potestad propia de tribuno de la plebe, magistratura de excepcional importancia en el juego político romano, desde el año 23 hasta su muerte, si bien la compartió con sus presuntos sucesores. Esta magistratura le daba derecho a convocar al senado y a interponer un veto a sus resoluciones en nombre de la plebe.
42 Julio César, su padre adoptivo.
43 Véase cap. 1; el título de princeps era constitucionalmente atípico, y suponía una ambigüedad que Augusto parece haber mantenido deliberadamente mientras ejercía de hecho un supremo poder apoyado en su título de imperator y en su potestad tribunicia.
44 En el momento de 1a muerte de Augusto eran límite oriental de] imperio, en territorio europeo, el Rin y el Danu­bio; en el asiático lo era el Éufrates.
45 Tácito recurre, para referirse a Roma, a la habitual antonomasia de llamarla la Urbs.
10. Se decía en contra de la piedad para con su
padre y las circunstancias por que pasaba la república las había tomado como pretexto; que, por lo demás, era la ambición de dominar lo que le había llevado a ganarse con dádivas a los veteranos; siendo un muchacho y un simple particular se había organizado un ejército, había corrompido a las legiones de un cónsul46, había simulado adhesión al partido de Pompeyo. Que más tarde, tras haber usurpado por un decreto de los senadores los haces y la jurisdicción del pretor, una vez muertos Hircio y Pansa47 —ya los hubieran eliminado los enemigos, ya a Pansa un veneno vertido en su herida y a Hircio sus propios soldados y César48como maquinador del dolo—, se había apoderado de las tropas de ambos; que el consulado se lo había arrancado por la fuerza al senado, y que las armas que había tomado contra Antonio las había vuelto contra la república; las proscripciones de ciudadanos y los repartos de tierras no habían sido aprobados ni por quienes las habían llevado a término. Cierto que el final de Casio y de los Brutos había sido un tributo a las enemistades paternas, aunque sea lícito subordinar los odios privados a los intereses públicos; pero a Pompeyo lo había engañado con una apariencia de paz, a Lépido con una amistad simulada; más tarde Antonio, ganado por los pactos de Tarento y de Brindis y por el matrimonio con su hermana, había pagado con la muerte las consecuencias de una alianza desleal49. No había duda de que tras todo esto había llegado la paz, pero una paz sangrienta: los desastres de Lolio y Varo50, los asesinatos en Roma de los Varrones, los Egnacios, los Julos51. No se mostraban más moderados al hablar de su vida privada: le había quitado la esposa a Nerón, y en un verdadero escarnio había consultado a los pontífices si podía casarse según los ritos aquella mujer que había concebido y estaba a la espera de dar a luz52; los excesos de ***M53 y de Vedio Folión; por último Livia, dura madre para la república, dura madrastra para la casa de los Césares. No había dejado honores para los dioses, pues se hacía venerar en templos y en imágenes divinas por flámenes y sacerdotes54. Ni siquiera a Tiberio lo había adoptado como sucesor por afecto o por cuidado de la república; antes bien, dado que había calado en su arrogancia y crueldad, se había buscado la gloria con la peor de las comparaciones. La verdad es que unos años antes Augusto, cuando solicitaba de los senadores la potestad tribunicia para Tiberio por segunda vez, aunque envueltos en términos laudatorios, le había lanzado algunos reproches en torno a su carácter, maneras y costumbres, aparentando excusarlo. Por lo demás, terminado el sepelio según el rito tradicional, se le decretan un templo y cultos divinos.
10. Dicebatur contra: pietatem erga parentem et tempora rei publicae obtentui sumpta: ceterum cupidine dominandi concitos per largitionem veteranos, paratum ab adulescente privato exercitum, corruptas consulis legiones, simulatam Pompeianarum gratiam partium; mox ubi decreto patrum fasces et ius praetoris invaserit, caesis Hirtio et Pansa, sive hostis illos, seu Pansam venenum vulneri adfusum, sui milites Hirtium et machinator doli Caesar abstulerat, utriusque copias occupavisse; extortum invito senatu consulatum, armaque quae in Antonium acceperit contra rem publicam versa; proscriptionem civium, divisiones agrorum ne ipsis quidem qui fecere laudatas. sane Cassii et Brutorum exitus paternis inimicitiis datos, quamquam fas sit privata odia publicis utilitatibus remittere: sed Pompeium imagine pacis, sed Lepidum specie amicitiae deceptos; post Antonium, Tarentino Brundisinoque foedere et nuptiis sororis inlectum, subdolae adfinitatis poenas morte exsolvisse. pacem sine dubio post haec, verum cruentam: Lollianas Varianasque clades, interfectos Romae Varrones, Egnatios, Iullos. nec domesticis abstinebatur: abducta Neroni uxor et consulti per ludibrium pontifices an concepto necdum edito partu rite nuberet; +que Tedii+ et Vedii Pollionis luxus; postremo Livia gravis in rem publicam mater, gravis domui Caesarum noverca. nihil deorum honoribus relictum, cum se templis et effigie numinum per flamines et sacerdotes coli vellet. ne Tiberium quidem caritate aut rei publicae cura successorem adscitum, sed quoniam adrogantiam saevitiamque eius introspexerit, comparatione deterrima sibi gloriam quaesivisse. etenim Augustus paucis ante annis, cum Tiberio tribuniciam potestatem a patribus rursum postularet, quamquam honora oratione quaedam de habitu cultuque et institutis eius iecerat, quae velut excusando exprobraret. ceterum sepultura more perfecta templum et caelestes religiones decernuntur.
46 Se refiere a Antonio y al año 44 a. C.
47 Cónsules del año 43, dramáticamente caídos en el transcurso de las guerras civiles desarrolladas durante su magistratura.
48 Se refiere, naturalmente, a Augusto, entonces todavía César Octaviano.
49 Los pactos de Brindis (40 a. C.) y de Tarento (37 a. C.) supusieron, sucesivas treguas en la lucha final por el poder único. Antonio desposó a Octavia, hermana de Augusto, a la que abandonó luego para unirse a Cleopatra.
50 En los años 16 a. C, y 9 d. C., ambos en lucha contra
los germanos.
51 Se trata de plurales «estilísticos» de un tipo también corriente en castellano: se transfiere la pluralidad de un conjunto a cada uno de sus miembros. Varrón y Egnacio perdieron la vida tras una conspiración contra Augusto en el año 23 a. C. En cuanto a Julo Antonio, hijo de Marco Antonio, fue castigado con la muerte en el 2 a. C. como amante de Julia, hija única de Augusto.
52 Sobre la tortuosa historia del matrimonio del que luego sería Augusto con Livia, véase V 1 ; tuvo lugar en el año 38 a. C.
53 M Lugar fragmentario o corrompido en que se lee un que tedii que no da sentido alguno; parece que el texto incomprensible oculta un nombre propio.
54 Los flamines eran sacerdotes de Júpiter, Marte y Quirino. Del culto de Augusto se encargaban los setiiri Augustales.
11. Luego las preces se dirigieron a Tiberio. Empezó él a divagar sobre la magnitud del imperio y sobre su propia modestia: sólo la mente del divino Augusto —decía— estaba a la altura de tan inmensa mole; él, a quien aquél había llamado a participar de sus trabajos, sabía por experiencia cuán ardua era, cuán sujeta a la fortuna la carga de gobernarlo todo. Por ello, en un estado que se apoyaba sobre tantos ilustres varones, no debían concentrarlo todo en uno solo; entre varios y aunando esfuerzos llevarían a término con mayor facilidad las tareas de la república. En tal discurso había más de dignidad que de sinceridad; las palabras de Tiberio, incluso en cosas que no trataba de ocultar, ya por naturaleza, ya por costumbre, eran siempre vagas y oscuras, y en aquella ocasión, dado que se esforzaba por esconder celosamente sus pensamientos, quedaban envueltas en incertidumbre y ambigüedad aún mayores. Pero los senadores, que no tenían miedo sino de que pareciera que entendían, se deshacían en quejas, en lágrimas, en ruegos; tendían sus manos a los dioses, a la efigie de Augusto, a las rodillas de Tiberio, cuando él ordenó traer y leer un cierto memorial. Se contenían en él mismo el inventario de los recursos públicos, el número de ciudadanos y de aliados que estaban sobre las armas, la relación de flotas, de reinos y de provincias, los impuestos y rentas, los gastos necesarios y los donativos. Todo ello lo había escrito Augusto de su propia mano, y había añadido el consejo de mantener el imperio dentro de sus límites, sin que se viera claro si por temor o por envidia55.11. Versae inde ad Tiberium preces. et ille varie disserebat de magnitudine imperii sua modestia. solam divi Augusti mentem tantae molis capacem: se in partem curarum ab illo vocatum experiendo didicisse quam arduum, quam subiectum fortunae regendi cuncta onus. proinde in civitate tot inlustribus viris subnixa non ad unum omnia deferrent: plures facilius munia rei publicae sociatis laboribus exsecuturos. plus in oratione tali dignitatis quam fidei erat; Tiberioque etiam in rebus quas non occuleret, seu natura sive adsuetudine, suspensa semper et obscura verba: tunc vero nitenti ut sensus suos penitus abderet, in incertum et ambiguum magis implicabantur. at patres, quibus unus metus si intellegere viderentur, in questus lacrimas vota effundi; ad deos, ad effigiem Augusti, ad genua ipsius manus tendere, cum proferri libellum recitarique iussit. opes publicae continebantur, quantum civium sociorumque in armis, quot classes, regna, provinciae, tributa aut vectigalia, et necessitates ac largitiones. quae cuncta sua manu perscripserat Augustus addideratque consilium coercendi intra terminos imperii, incertum metu an per invidiam.
55 Suetonio (Augusto 101) proporciona información detallada
sobre este memorial.
12. Cuando en tal situación el senado se rebajaba a las más humildes súplicas, dijo de pronto Tiberio que, si bien se consideraba incapaz de gobernar todo el estado, se le adjudicara alguna parte del mismo, cuya tutela tomaría a su cargo. Le dijo entonces Asinio Galo56: «Quiero preguntarte, César, qué parte de la república deseas que se te encomiende.» Desconcertado por esta interpelación imprevista se quedó callado por un momento; luego, cobrando ánimo, le respondió que no le parecía en absoluto decoroso para su dignidad el escoger o evitar cosa alguna de algo que preferiría declinar en su totalidad. De nuevo Galo, que por la expresión de Tiberio se había dado cuenta de que lo había herido, le dijo que no lo había interrogado para dividir cosas que no podían separarse, sino para convencerlo con su propia confesión de que uno solo era el cuerpo de la república, y de que debía ser regido por un solo espíritu. Añadió una loa de Augusto, y recordó a Tiberio sus propias victorias y las grandes cosas que vistiendo la toga había hecho a lo largo de tantos años57. Más ni aun así calmó su resentimiento, que se había ganado ya tiempo atrás por parecerle que al tomar en matrimonio a Vipsania, la hija de Marco Agripa que fuera antaño esposa de Tiberio58, abrigaba proyectos por encima de los de un simple ciudadano, y que conservaba el ánimo arrogante de su padre, Polión Asinio59.12. Inter quae senatu ad infimas obtestationes procumbente, dixit forte Tiberius se ut non toti rei publicae parem, ita quaecumque pars sibi mandaretur eius tutelam suscepturum. tum Asinius Gallus "interrogo" inquit, "Caesar, quam partem rei publicae mandari tibi velis." perculsus inprovisa interrogatione paulum reticuit: dein collecto animo respondit nequaquam decorum pudori suo legere aliquid aut evitare ex eo cui in universum excusari mallet. rursum Gallus (etenim vultu offensionem coniectaverat) non idcirco interrogatum ait, ut divideret quae separari nequirent sed ut sua confessione argueretur unum esse rei publicae corpus atque unius animo regendum. addidit laudem de Augusto Tiberiumque ipsum victoriarum suarum quaeque in toga per tot annos egregie fecisset admonuit. nec ideo iram eius lenivit, pridem invisus, tamquam ducta in matrimonium Vipsania M. Agrippae filia, quae quondam Tiberii uxor fuerat, plus quam civilia agitaret Pollionisque Asinii patris ferociam retineret.
56 Cónsul del año 8 a. C.
57 La expresión in toga corresponde a las acciones notables en la vida política y civil de Roma, por contraposición a sus hechos militares.
58 Tiberio, cuyo matrimonio con Vipsania —madre de su hijo Druso— parece haber sido muy feliz, fue obligado por Augusto a repudiarla en 12 a. C. para casarse con su hija Julia al quedar ésta viuda de Agripa. Suetonio pinta con gran poder emotivo el sentimiento de Tiberio ante esta imposición, y cómo siguió, tras la separación, firme en su amor (cf. Suet., Tiberio 7).
59 Gayo Asinio Polión, cónsul en el 40 a. C.; su larga vida(76 a. C. a 4 d. C.) cubre toda la época de crisis de la república y consolidación del principado, en cuyos orígenes desempeñó numerosos cargos a pesar de sus antecedentes republicanos. Fue orador notable y poeta, protector y amigo de Virgilio, que le dedica la famosa Égloga IV, aparte otras numerosas alusiones. Se le tiene por fundador de la primera biblioteca pública de Roma.
13. A continuación Lucio Arruncio, con un discurso no muy diferente del de Galo, lo ofendió de manera similar, aunque no tenía Tiberio ningún viejo resentimiento contra Arruncio; pero lo predisponían contra él su riqueza, su decisión, su extraordinaria categoría y una pareja popularidad. De hecho Augusto en una de sus últimas conversaciones, tratando de quiénes, pudiendo hacerse con el primer lugar, lo declinarían aun teniendo capacidad para desempeñarlo, de quiénes aspiraban a él sin dar la talla, y de quiénes tenían capacidad para el mismo y además lo ambicionaban, había dicho que Marco Lépido60 era capaz pero que no tenía interés, Asinio Galo lo ambicionaba pero no estaba a la altura, Lucio Arruncio no era indigno y, si se le daba la ocasión, lo intentaría. Hay acuerdo 3 acerca de los dos primeros, en cambio algunos han puesto a Gneo Pisón61 en lugar de Arruncio; pues bien, todos ellos, salvo Lépido, se vieron más tarde perdidos por acusaciones urdidas por Tiberio62. También Quinto Haterio y Mamerco Escauro63 lastimaron su ánimo suspicaz; Haterio porque dijo: «¿Hasta cuándo permitirás, César, que la república esté sin cabeza?»; Escauro por haber expresado su esperanza en que no serían vanas las preces del senado habida cuenta que no había interpuesto el veto de su potestad tribunicia a la moción de los cónsules. Contra Haterio reaccionó inmediatamente; a Escauro, contra quien nutría un odio más implacable, lo dejó por el momento sin respuesta. Al fin, abrumado por el unánime clamor, se fue plegando a los ruegos individuales, pero sin declarar abiertamente que aceptaba el imperio, sino dejando simplemente de decir que no y de hacerse rogar. Consta que habiendo entrado Haterio en el Palacio64 para suplicarle perdón y como se postrara a las rodillas de Tiberio, a quien halló paseando, estuvo a punto de ser muerto por los soldados cuando Tiberio cayó ya por casualidad, ya por haberse abrazado Haterio a sus piernas. Mas el peligro que corría un hombre de tanta talla no lo calmó hasta que Haterio suplicó a Augusta y se vio protegido por sus insistentes preces.13. Post quae L. Arruntius haud multum discrepans a Galli oratione perinde offendit, quamquam Tiberio nulla vetus in Arruntium ira: sed divitem, promptum, artibus egregiis et pari fama publice, suspectabat. quippe Augustus supremis sermonibus cum tractaret quinam adipisci principem locum suffecturi abnuerent aut impares vellent vel* idem possent cuperentque, M.* Lepidum dixerat capacem sed aspernantem, Gallum Asinium avidum et minorem, L. Arruntium non indignum et si casus daretur ausurum. de prioribus consentitur, pro Arruntio quidam Cn. Pisonem tradidere; omnesque praeter Lepidum variis mox criminibus struente Tiberio circumventi sunt. etiam Q. Haterius et Mamercus Scaurus suspicacem animum perstrinxere, Haterius cum dixisset "quo usque patieris, Caesar, non adesse caput rei publicae?"*, Scaurus quia dixerat spem esse ex eo non inritas fore senatus preces quod relationi consulum iure tribuniciae potestatis non intercessisset. in Haterium statim invectus est; Scaurum, cui implacabilius irascebatur, silentio tramisit. fessusque clamore omnium, expostulatione singulorum flexit paulatim, non ut fateretur suscipi a se imperium, sed ut negare et rogari desineret. constat Haterium, cum deprecandi causa Palatium introisset ambulantisque Tiberii genua advolveretur, prope a militibus interfectum quia Tiberius casu an manibus eius impeditus prociderat. neque tamen periculo talis viri mitigatus est, donec Haterius Augustam oraret eiusque curatissimis precibus protegeretur.
60 Emilio Lépido, cónsul en 6 d. C.
61 Gneo Calpurnio Pisón, cónsul en 7 a. C. Se lo tuvo por causante de la muerte de Germánico en el 19 d. C., lo que le acarreó la suya en el 20. Véase, especialmente, III 7 y sigs.
62 Como hace notar WUILLEUMIER, esta imputación a Tiberio sólo parece justificada en el caso de Asinio Galo.
63 Cónsules en 5 a. C. y 21 d. C., respectivamente.
64 Palatium, de donde «palacio» como nombre común, era la denominación de la colina romana también llamada mons
Palatinus
. En él se hallaba la casa de Livia, que se convirtió más tarde en la de Augusto y de sus sucesores los Césares, quienes ampliaron el palacio hasta ocupar la práctica totalidad
de la colina.
14. Grande fue también la adulación de los senadores para con Augusta: los unos proponían que se la llamara Parens Patriae, los otros Maler Patriae65; los más, que se añadiera al nombre del César el apelativo de «hijo de Julia». Él repitió una y otra vez que se debía poner un límite a los honores de las mujeres, y que había de usar de la misma templanza en los que le atribuyeran a él mismo; por lo demás, inquieto por la envidia y tomando el encumbramiento de una mujer como una mengua para él, ni siquiera permitió que se le adjudicara un lictor66, y prohibió erigir un altar por su adopción y otras cosas por el estilo. En cambio, pidió para Germánico César el imperio pro-consular67, y envió legados para comunicárselo y para, al mismo tiempo, consolar su tristeza por el fallecimiento de Augusto. La razón por la que no solicitó lo mismo para Druso fue que era cónsul designado y estaba presente. Nombró doce candidatos a la pretura, número establecido por Augusto; y cuando el senado le pidió que los aumentara, se obligó con juramento a no sobrepasarlo jamás.14. Multa patrum et in Augustam adulatio: alii parentem, alii matrem patriae appellandam, plerique ut nomini Caesaris adscriberetur "Iuliae filius" censebant. ille moderandos feminarum honores dictitans eademque se temperantia usurum in iis quae sibi tribuerentur, ceterum anxius invidia et muliebre fastigium in deminutionem sui accipiens ne lictorem quidem ei decerni passus est aramque adoptionis et alia huiusce modi prohibuit. at Germanico Caesari proconsulare imperium petivit, missique legati qui deferrent, simul maestitiam eius ob excessum Augusti solarentur. quo minus idem pro Druso postularetur, ea causa quod designatus consul Drusus praesensque erat. candidatos praeturae duodecim nominavit, numerum ab Augusto traditum; et hortante senatu ut augeret, iure iurando obstrinxit se non excessurum.
65 El texto reza: alii parentem, alii matrem patriae apellandam.
Algunos intérpretes —como WUILLEUMIER— no creen que el genitivo patriae se refiera también a parentem, de manera que éste titulo vendría a ser para ellos simplemente «madre», o «madre del emperador». Nosotros creemos, al contrario, que el genitivo depende de ambos acusativos, y que la discusión de los senadores es sobre si llamarla parens —literalmente «la que pare»— o mater, término de significación más restringida, aunque en ambos casos «de la patria». Nuestra interpretación nos parece confirmada por SUETONIO (Tiberio 50, 3), quien dice que el príncipe no toleró que llamaran a su madre «parentem patriae». Hemos preferido no traducir las denominaciones por no existir un término adecuado para parens a no ser el de «madre», que reclama para sí el inmediato mater y con mayor derecho.
66 Funcionarios portadores de los fasces, adscritos a la compañía y servicio de magistrados y sacerdotes superiores.
15. Entonces por vez primera se trasladaron las elecciones del Campo de Marte al senado; pues hasta ese día, aunque las más trascendentes se hacían según el arbitrio del príncipe, todavía algunas se desarrollaban conforme a los intereses de las tribus. El pueblo no se quejó de que se le arrebatara su derecho sino con insignificantes rumores, y el senado, que así se libraba de tener que hacer donativos y ruegos humillantes, lo ejerció a gusto. Tiberio se limitó a recomendar no más de cuatro candidatos, que debían ser designados sin posibilidad de fracaso ni juego electoral. Entre las solicitudes presentadas por los tribunos de la plebe estaba la de organizar a sus propias expensas unos juegos que en memoria de Augusto se añadieron a los fastos y se llamaron Augustales. Sin embargo se votó a tal fin un presupuesto salido del erario, y que los tribunos usaran en el circo de vestidura triunfal; no se les permitía ir en carro. Luego, la celebración anual se transfirió al pretor al que correspondiera la jurisdicción entre ciudadanos y extranjeros.15. Tum primum e campo comitia ad patres translata sunt: nam ad eam diem, etsi potissima arbitrio principis, quaedam tamen studiis tribuum fiebant. neque populus ademptum ius questus est nisi inani rumore, et senatus largitionibus ac precibus sordidis exsolutus libens tenuit, moderante Tiberio ne plures quam quattuor candidatos commendaret sine repulsa et ambitu designandos. inter quae tribuni plebei petivere ut proprio sumptu ederent ludos qui de nomine Augusti fastis additi Augustales vocarentur. sed decreta pecunia ex aerario, utque per circum triumphali veste uterentur: curru vehi haud permissum. mox celebratio annua ad praetorem translata cui inter civis et peregrinos iurisdictio evenisset.